La feria rural

Economía

La feria rural "Expoagro" 2025 abrió sus puertas en San Nicolás

Reunió a cinco gobernadores -Martín Llaryora, Rogelio Frigerio, Gustavo Valdes, Maximiliano Pullaro y Nacho Torres-, el jefe de gabinete Guillermo Francos y el expresidente Mauricio Macri.

El primer día de Expoagro fue frenético y contó con presencias de primer nivel. Reunió a cinco gobernadores -Martín Llaryora, Rogelio Frigerio, Gustavo Valdes, Maximiliano Pullaro y Nacho Torres-, el jefe de gabinete Guillermo Francos y el expresidente Mauricio Macri. Tantas presencias dejaron un lado B de la jornada que vale la pena contar.

De local, en un escenario en el que siempre se movió como pez en el agua y de la mano de los ejecutivos de Clarín y La Nación -los dueños de la muestra que siempre lo recibieron con los brazos abiertos-, Macri esquivó dar grandes definiciones en su paso por Expoagro. Son otros tiempos: tuvo que compartir el escenario del corte de cinta con gobernadores, intendentes y funcionarios del Gobierno. Como uno más. No hay mal que por bien no venga: fue la oportunidad en la que se lo vio reírse y hablar por lo bajo con Francos, la cara amable de la Casa Rosada.

Llegó pasadas las 10, cuando se metió raudo en la carpa institucional. Luego recorrió parte de la muestra, acompañado por Alfredo de Angeli, el senador del PRO que saltó a la fama por el conflicto del campo con el kirchnerismo por la Resolución 125, de la que este lunes se cumplieron 18 años. Recibió más pedidos de regreso a Boca que a la Casa Rosada, algunos de ellos inoportunos, y hasta conoció a la Reina del Trigo, consagrada en la fiesta homónima de la ciudad de Leones.

Regaló algunas declaraciones, siempre punzantes con la Casa Rosada: pidió obra pública para Bahía Blanca, solicitó la baja de retenciones y dijo que el intento de aprobar el acuerdo del FMI por DNU demuestra “la debilidad institucional en la que estamos”. Sin embargo, no fue mucho. En cambio, repitió una y otra vez ante los periodistas un aviso: que hablaría al regreso de su viaje a Bologna, donde partirá en las próximas horas a dar clases de liderazgo en la universidad de esa ciudad, un clásico de sus años post-presidencia.

La mejor muestra de sintonía fina de la jornada la dieron Pullaro y Valdés. Los gobernadores de Santa Fe y Corrientes se quedaron charlando animadamente tras el corte de cintas de la muestra, mientras los periodistas los rodeaban para fotos y videos. No es la primera vez que se vislumbra buena onda: Corrientes fue la primera provincia que Pullaro visitó como gobernador y hasta un funcionario del santafesino, Julián Galdeano, fue elegido como interventor de la UCR correntina para ordenar la interna.

Volviendo a Expoagro, a la improvisada reunión se sumaron Gisela Scaglia, vicegobernadora santafesina, y Martín Tetaz, diputado radical. El tema era uno, excluyente: el intento de cambiar el sistema de votación en Corrientes. “No hagas boleta única por categoría: en 2015, con Miguel del Sel, ganamos en 11 de 19 departamentos y por no tener arrastre nos quedamos sin nada”, le recomendó Scaglia a un Valdés que lucía sus brackets. Según se desprendía de la charla, todos consideraban que la mejor propuesta es una boleta única con opción para votar toda la tira de candidatos.

El correntino tomó nota y luego hasta se animó a una chanza relacionada al alto nivel de apoyo que mantiene Pullaro en las encuestas y la próxima reforma constitucional santafesina. La buena onda se mantuvo en la caminata por la expo, a la que tuvieron que cruzar casi en su totalidad para asistir juntos a la inauguración del stand de Santa Fe. Antes, en la sala de reuniones de su interior, mantuvieron un largo encuentro.

Al terminar el acto inaugural de la megamuestra agroindustrial, el grupo de autoridades que se concentró frente a la carpa institucional comenzó a dispersarse, y cada uno enfiló para comenzar la agenda de su jornada. En esa diáspora que irradió por todo el autódromo de San Nicolás, ojos atentos detectaron a Fernando Vilella, exsecretario de Agricultura de Javier Milei. De civil, sin el traje que solo las más pomposas autoridades usan en ese contexto de campo, pasaba casi desapercibido.

Vilella tuvo un mal paso por el gobierno libertario. Nunca tragó el aumento de retenciones a las economías regionales, una de las primeras diez medidas económicas que anunció Luis “Toto” Caputo al asumir. Luego, tuvo que salir a anunciar la suba del diferencial de soja para compensar la eliminación de aquellas retenciones anunciadas. Toda una vida luchando contra las retenciones y su primer acto como autoridad fue participar de un aumento de ellas. Paralelamente, crecía la intervención de Juan Pazo y hasta le sacaban el control de la caja de su área.

Por eso, de un año a otro, su situación cambió drásticamente, lo que quedó demostrado en la calurosa tarde de San Nicolás. El año pasado era una de las figuras más buscadas en Expoagro, aunque los ruidos ya se hacían sentir y la muestra del campo terminó siendo el comienzo del fin de su estrella: fue en esa ocasión en la que quedó demostrada su poca injerencia en la botonera real del poder libertario. Hasta fue la oportunidad en la que lo presentaron ante Milei, que pareció no conocerlo. Hoy tiene que visitar el evento como uno más.

El primer día de las ediciones de Expoagro suele ser frenético para la política. Los dirigentes van de acá para allá, entre stands e inauguraciones, y suelen tener poco tiempo para comer o hidratarse ante un sol criminal. Algo de eso quiso evitar un diputado santafesino, que le pidió a un colaborador que reserve en una de las carpas-restaurante que tiene el predio para comer pasado el mediodía, relajados, con aire acondicionado y sillas cómodas. El colaborador fue, pero volvió espantado con el precio: $100 mil pesos más IVA el cubierto.

El menú, eso sí, era abundante: de entrada, fiambres caseros, jamón crudo, mix de quesos y chorizos caseros; de plato principal, una variedad de carne que incluía costillares, bifes de chorizo, vacío, mollejas, acompañado de ensaladas; de postre, helado artesanal, higos a la crema y el clásico postre vigilante. Todo regado con vinos de primer nivel. Una propuesta tentadora, pero a un precio prohibitivo.

Mientras Pullaro y Valdes charlaban, en segundo plano intentaba seguir la conversación el ministro de Desarrollo Productivo santafesino, Gustavo Puccini. Sin embargo, la función pública es intensa y los problemas no paran de llegar. Primero fue un llamado el que lo importunó y lo hizo tomar temperatura: “¿Desde cuando los patos le tiran a la escopeta?”, le preguntó enojado a su interlocutor telefónico. La indignación siguió en su corta conversación.

Cuando pudo cortar, a Puccini se le acercó otra persona a saludarlo. Para ese también hubo: con el enojo acumulado, el ministro le pidió a esa persona que hable con él por cuestiones del Ministerio para mantener el orden de su tropa y para analizar si se trata de proyectos viables. Su interlocutor, ahora en persona, tuvo que aceptar el reto. Quienes rodeaban al funcionario y vieron la secuencia lo tomaron con gracia, dada su habitual parsimonia y cortesía: “Así son los ministros de Santa Fe”, lo valoró un coterráneo.